La historia del té Gunpowder se remonta a la dinastía Tang de China, hace más de mil años. En aquella época, los habitantes de la región de Zhejiang comenzaron a cultivar té verde y a procesarlo de una forma especial, enrollando las hojas en pequeñas bolitas. Este proceso permitía que el té mantuviera su sabor y aroma durante más tiempo, y además hacía que fuera más fácil de transportar.
Con el paso del tiempo, el té Gunpowder se convirtió en una bebida muy popular en todo el mundo, gracias a su sabor intenso y a las propiedades saludables que ofrece. Este té es rico en antioxidantes, que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro de las células y a proteger el cuerpo contra los radicales libres. Además, el té Gunpowder es una fuente natural de cafeína, que ayuda a mejorar la concentración y el estado de ánimo.
En cuanto al sabor, el té Gunpowder se caracteriza por su aroma fresco y su sabor ligeramente amargo y terroso. Algunos bebedores describen su sabor como una mezcla entre el té verde y la hierba fresca recién cortada. Este té es ideal para beber solo, aunque también se puede combinar con otros sabores, como la menta, la hierbabuena o el limón.
Para preparar el té Gunpowder, lo primero que hay que hacer es calentar agua hasta que alcance una temperatura de unos 80 grados Celsius. Después, se añade una cucharadita de té Gunpowder por cada taza de agua caliente, y se deja reposar durante unos 3-4 minutos. Durante este tiempo, las bolitas de té se irán desenrollando lentamente, liberando todo su sabor y aroma.
Una de las características más interesantes del té Gunpowder es su capacidad para hacer que el cuerpo se sienta más relajado y calmado. Esta propiedad se debe a la presencia de ciertos aminoácidos en el té, como la teanina, que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad.
Además, el té Gunpowder también es conocido por su capacidad para mejorar la digestión y reducir la inflamación en el cuerpo.
